¿Cómo empezó todo?

La idea de visitar Estados Unidos surgió ya hace varios lustros. Con el tiempo fuimos dando forma a la idea y aquí estamos, con billete para viajar el 24 de julio. Este periplo es el compendio de tres viajes individuales, hechos uno solo:



Yellowstone: este parque nacional emblemático, fue el primero en crearse. Estaremos seis noches visitando su esplendorosa belleza e intentado sobrevivir a las ordas de mosquitos.



Las Vegas: el parque de atracciones para adultos de USA. Podremos conocer lo que el ser humano puede llegar a hacer en un lugar desértico, empleando ingentes cantidades de recursos naturales, para crear una urbe completamente desligada de su entorno natural. Eso sí aplicaremos el refrán "lo que pasa en las Vegas se queda en las Vegas".



Nueva York: esta ciudad cosmopolita por naturaleza es el contrapunto a los estados del sur del pais. Abierta y marcadora de tendencias. En esta ciudad conoceremos en profundidad el barrio de Harlem y todos esos lugares que cualquier persona ya conoce sólo por ver películas. Nueva York es una ciudad en la que casi no puedes perderte, porque has estado en ella en muchas ocasiones a través del celuloide.



A tirar la gorra: lo que no puede faltar en cualquier viaje de los tres mosqueteros es la improvisación. Durante seis noches iremos tirando la gorra, y donde caiga, allí iremos. Canadá, California, ¿quién sabe?



lunes, 16 de agosto de 2010

NEW YORK, NEW YORK

Siento haber tadado taaannnntooo en terminar el blog, pero el viaje de regreso fue duro, largo y algo tristón para mi. No obstante, espero relatar lo mejor posible lo que hemos vivido en esta gran ciudad.

Llegamos a Nueva York tras haber dormido la friolera de 2 horas el día anterior. Pensábamos ilusionados, salvo Rubén claro, que nos íbamos a encontrar fresquito, ¡pero nos confundimos!, hacía muuucho calor. Eso sí, comparado con Las Vegas era casi fresquito.


El apetitoso apartamento que habíamos reservado por Internet en la calle 121 resultó estar en la calle 147 y ser una habitación con dos camas de 1,50, baño y cocina compartidos. Lo que se puede conocer como tongo. Por otro lado nos dieron desayuno continental “gratis”, aunque claro nosotros habríamos preferido tener lo que habíamos contratado.

Nuestra casita, de las rojas la puerta izquierda

Ese mismo día fuimos a cenar a un “garito” espectacular, donde pensé que iba a intoxicarme. Era uno de estos sitios donde nadie come nunca, la señora tenía una empanada considerable (yo soy el único que piensa que estaba drogada), y tenía 6 platos diferentes a elegir para cenar. Dentro del local dos mesas con tres sillas, y muchos carteles de antiguos garitos de comida que nadie se había molestado en quitar. El culmen del asunto no fue la comida que nos puso la señora (mi plato le comí con más miedo que otra cosa), sino cuando un chico llegó y le empezó a pedir dinero. Mi inglés no es muy bueno, pero decía algo así como “I need more money, I have to give them the money, I don´t wonna die”, bueno para los no iniciados/as, or diré que le pedía más dinero para dárselo a alguien y que no quería morir. Cuando pagamos vino como un ave de presa de nuevo a hablar con la señora que nos atendió.

El lugar donde nos quedamos a dormir era la zona denominada como uptown, es decir, en al zona alta de Manhatan. En concreto era el barrio de Harlem, que ha mejorado mucho en los últimos 10 años, con el impulso de Clinton, ya que cuando finalizó su mandato fue a vivir a este barrio y trabajó para que mejorara. Bueno esto es lo que me contó una señora majísima con la que me pasé hablando durante más media hora en el metro, en inglés…….¡La primera persona con la que hablo un rato largo, y que pronunciaba para poderla entender!. La pena de todo esto es que hablé con ella el último día del viaje.
Volviendo al barrio era auténtico, con un montón de personas negras, pero también de hispanohablantes. Con las escaleras antiincendios de las películas, las escaleras de casas victorianas, árboles,……
Nuestra incursión en la gran manzana fue muy corta, pero interesante. Central Park, Harlem, Battery Park, Barrio Chino, Little Italy, Little Russia (en Brooklyn), Long Island con vistas a la estatua de la libertad, la playa de Brighton Beach, Times Square, Broadway, Pier 17 y, como no el cementerio de Green Wood.
estos son los diferentes tour organizados dentro del cementerio

Nueva York es otra USA, diferente al lejano oeste. Cosmopolita por excelencia, le llaman la capital del mundo, porque hay mil y una nacionalidades. Un ejemplo, en una tienda que entramos de “la pequeña Rusia”, con carteles en Ruso, nos atendieron gente musulmana, reponía gente hispana, pero los propietarios eran Rusos. En otra de las tiendas ponía “Nuevo, ahora vendemos libros en inglés”.

Personalmente me gusta mucho más Central Park que Hyde Park, más cuidado, rodeado de rascacielos, zonas para disfrutar más cómodas….Como no hicimos nuestra visita obligada al Empire State Building.


la calidad no es muy buena pero no teníamos nada mejor.....
¿quién dijo que nueva york no tenía playa?

Durante dos días nos acompañó la amiga de David, Elisa, con la que pasamos dos tardes muy agradables ¡ella hablaba inglés por nosotros!. Ella estaba emocionada y le sacaba fotos hasta a la primera Vespa que se encontró.

Lo que si puedo decir con orgullo es que Rubén y David ¡han comprado más cosas que yo durante el viaje!, actualmente David tienes más Levis que yo, e incluso se compró un cinturón Levis. Les estoy cambiando poco a poco, en el próximo viaje vamos de hotel de una estrella, estoy convencido. Según David hemos gastado la mitad de nuestra estancia en la gran manzana de compras, pero claro ellos se empeñaban y yo tenía que condescender.

En el barrio chino cenamos en un restaurante Vietnamita con cositas muy ricas, y yo me comí mi plato y las sobras de ellos dos. Ya sabes, mejor comprarme un traje.

Lo que más nos sorprendió de este lugar es la mala calidad del metro, con un calor sofocante en las estaciones, sin información en paneles, pocas explicaciones del funcionamiento y unos pases que fallaban bastante. Eso sí los trenes son interminables, con aire acondicionado que te congela en comparación con la estación, y sin escaleras mecánicas claro.

En cuanto a las mujeres, que no había hablado de ellas todavía, me quedo con las de color, son muchísimo más guapas que las rubias animadoras, y lo más de lo más es una chica de color cuyos padres son afroamericano/a y japonés/a.

En esta ocasión no tengo vídeos para enseñaros, pero sí unas cuantas fotos.

Una de las cosas que también nos sorprendió a todos fue ver como personas indigentes cogían de las papeleras botellas de plástico, vidrio y latas para, más tarde llevarlas a unas máquinas situadas en la parte trasera de los supermercados, donde las iban introduciendo una a una para conseguir 5 centavos por unidad. Ante este hecho surgió una discusión entre nosotros sobre el sistema de recogida selectiva español y este sistema en el que se les paga a las personas parte del beneficio por realizar una correcta selección en origen. Bueno además de esta discusión también llegó el clásico “el negocio alrededor de la sangre por las empresas españolas”. Esto anima las comidas, sobre todo cuando lo hicimos en el cementerio, porque no había mucho ambiente por la zona.

En particular a David le sorprendió, no en Nueva York, sino durante todo el viaje que los estadounidenses son muy “moqueteros”, es decir, que todavía pesa mucho el pasado inglés dentro de sus costumbres, y se pueden ver moquetas por muchísimos alojamientos hoteleros.

Rubén vio la luz cuando presenció la imagen de la máquina pagando dinero por introducirle botellas y latas.

Yo me vi gratamente sorprendido por el carácter de los habitantes de USA, con un trato amable hacia las personas, respetuoso y con buen carácter.

Espero que este blog haya cumplido una doble función, mantener informada y entretenida a las personas que les importaba saber de nosotros, y crear un diario de viaje que cumpla la función de recordar con añoranzaza la fantástica experiencia vivida por nosotros, durante tres semanas inolvidables.

Los 2 mosqueteros me dejaron a mi daros la despedida con un saltito de alegría